Las palmeras del sur de España conectan Europa con África sin intentarlo, nos llevan a otro lado del mundo, porque hubo un tiempo que todo estaba unido aunque luego se separó. En los días despejados la costa al frente es clara en el horizonte, y casi se puede tocar.

Uno de los lujos de vivir cerca de un Jardín Botánico es que puedes ver el mundo entero desde casi tu propia casa. A medida que pasan las estaciones, estas se reflejan en floraciones y maravillosas plantas que no puedo dejar de admirar.

La naturaleza es poderosa y nos pone en nuestro sitio en lugares como las cataratas de Iguazú. Este lugar es un poco más arriba, cuando el agua forma ríos anchos y tranquilos con plantas y piedras y parece que todo es calma y paz.

Los pinares de Valsaín con bosques infinitos llenos de animales que corren libres y con esos majestuosos árboles que han visto reyes cazando o montañistas haciendo el camino Schmidt de bajada desde lo alto de la montaña a la sombra de sus copas.

Un puerto marinero que educó el ojo de Balenciaga y cuyos colores se quedaron en su retina sin ninguna duda. Los azules que van del blanco al negro y los peces que nadan tranquilos cerca de los barcos son el sitio perfecto para llenarte los ojos de mar.